sábado, 25 de mayo de 2013

Vida Espiritual 1: pasar el mar rojo


Hola Jean, gracias por tener esta iniciativa.
Desde que estuviste aquí en Guatemala, comenzaron a surgir en varios de nosotros varias preguntas de como profundizar en la vida espiritual.
Cuando hablas del Mar rojo, no sé si uno lo puede entender como ese encuentro con Xto, o bien podrías explicar en sí de una forma práctica cual sería ese inicio de la vida espiritual, así como que libros podríamos seguir utilizando para profundizar, saludos.

Hola Nancy
Hola a todos,

Ha sido una gran alegría conocerlos y es un verdadero placer para mi poder hacer algo, aunque sea de lejos.

El uso del símbolo

“pasar el Mar Rojo” ha sido siempre para nosotros los cristianos visto como un momento clave, a menudo considerado como el símbolo del Bautismo (véanse por ejemplo las Homilías Bautismales de san Cirilo de Jerusalén). San Pablo mismo dice que todo lo que pasó en el Antiguo Testamento ha sido escrito para nosotros, para nuestra utilidad y que hay muchos símbolos que con Cristo encuentran su significado pleno. Aquí sigue el pasaje de san Pablo:

“Porque no quiero que ignoren, hermanos, que todos nuestros padres estuvieron bajo la nube y todos pasaron por el mar. En Moisés todos fueron bautizados en la nube y en el mar. Todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía. La roca era Cristo (el Mesías). Sin embargo, Dios no se agradó de la mayor parte de ellos, y por eso quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo, como ellos lo codiciaron.” (1 Co 10,1-6)
El sentido de este símbolo

El pasar el Mar Rojo es visto por nosotros los cristianos como principio de vida espiritual fuerte, caracterizada por una relación personal con Cristo. Este acontecimiento personal se presenta en la historia de la vida espiritual en dos modos diferentes:

El primero, en los primeros siglos: el Bautismo se recibía como adultos, como resultado de la evangelización y de la catequesis, de la conversión personal, y del descubrimiento de Cristo, teniendo una relación personal con Él. Entonces el pasar el Mar Rojo era visto como la acción hecha por el agua del Bautismo. Era visto como una gran primera liberación de la esclavitud del Demonio (el Faraón), y el principio de una vida nueva con Cristo.

El segundo, en un cristianismo mas clásico: se bautizan desde niños, y por eso el descubrimiento de Cristo como adulto no se llamará “conversión” (sería convertirse al cristianismo y nos es el caso) sino que se habla de “segunda conversión” (es decir, un cambio profundo dentro de una misma vida cristiana), o sea, un pasar de una vida cristiana tibia a un descubrimiento personal e íntimo de Cristo, caracterizado por una acción del Espíritu Santo. Este “cambio” se llama “segunda” conversión y no “primera”, porque la persona es ya cristiana. Por esa razón, se puede ver hoy en el “pasar del Mar Rojo” la “segunda conversión”.
Un bellísimo ejemplo

Hay miles y miles de ejemplos de personas que vivieron su “segunda conversión”. Una de las mas famosas es santa Teresa de Ávila (1515-1582). Y la vivió como monja. Es decir, no es suficiente llevar el hábito y hacer los santos votos, hay también que vivir esta relación personal con Cristo en modo completo. Ella, después de casi 20 años de vida religiosa, encuentra a Cristo en un modo muy fuerte, y desde este momento de “conversión”, tendrá una vida espiritual muy intensa que se desarrollará hasta alcanzar las metas más altas como la Unión con Dios y una fecundidad extraordinaria.
Durante esos primeros 20 años de vida religiosa, vive una vida normal, “buena”. Es ciertamente cristiana (acordémonos del contexto cultural suyo que es muy cristiano). Pero le faltaba algo muy importante: la relación personal con Cristo.
Ella misma utilizará otras palabras para expresar este cambio radical, dentro de la vida Cristiana: lo llamará: “lo sobrenatural”, es decir que hay necesidad de una intervención del Espíritu Santo en nuestra vida para poder tener una relación viva con Cristo, una pasión de Amor. Sin Espíritu Santo no hay vida Cristiana, no hay la vida del Señor en nosotros, no existe la posibilidad de escucharlo, de vivir con El.

¿Cómo iniciar la vida espiritual de una forma práctica?

Para una persona bautizada de niña, es importante darse cuenta de la existencia de la relación personal con Cristo. El Señor nos busca, dejémonos encontrar por Él. Esto significa nos toca buscarlo, buscar escucharlo, pedir el Espíritu Santo… y no olvidar a la Virgen María que quiere siempre introducirnos más profundamente en Él. La lectura de la Biblia donde resuena la Voz de Cristo es importante. Dedicar tiempo cotidiano para el encuentro con Él es muy vital. Pero antes de todo, pedir la gracia de poder poner toda nuestra energía en el buscarlo cotidianamente, poniéndolo en la primera plaza (lugar).
Lecturas para entender

Ustedes pueden por ejemplo leer la Vida de Santa Teresa escrita por si misma, nos cuenta en ese libro como vive este pasar de una vida cristiana aparentemente “normal” hacia una vida mucho más comprometida, donde el ser humano decide verdaderamente poner su vida en las Manos del Señor, y se decide verdaderamente y con determinación seguirlo rezando cada día y haciendo su voluntad.
Algo como esto. No tiene que contener "Las moradas".
Seria bueno también leer este libro sobre la Fe, podría ser un muy buen primer paso: 
Espero que estos puntos los ayuden a seguir con fervor renovado a Cristo teniéndolo tomado de la mano y por favor no se olviden de nuestra madre la Virgen María.

¡Quedo pendiente de la próxima pregunta!